En la investigación de Mario Maldonado, publicada en El CEO, se señala que Rodrigo Lebois Mateos, quien fundó Unifin, amasó su fortuna al manipular los estados financieros y al utilizar sus propias compañías. A pesar de estas prácticas, el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, busca salvar a la prestamista no bancaria tras su colapso bajo el liderazgo de su antiguo propietario.
Al anunciar que no podría cumplir con sus obligaciones financieras, en agosto de 2022 comenzó la caída de Unifin.
Con una red de al menos 15 empresas relacionadas con su familia y allegados, la arrendadora, que fue fundada en 1993, tuvo un crecimiento exponencial bajo la dirección de Lebois, a pesar de haber iniciado de manera modesta.
A través de créditos obtenidos a nombre de Unifin, Lebois pudo adquirir bienes lujosos como yates, helicópteros y propiedades en México, Estados Unidos y Europa. Este sistema de financiamiento fue avalado sin objeciones por auditoras y calificadoras.
La manipulación de los reportes financieros de Unifin creó una imagen de solvencia que sedujo a acreedores e inversionistas. Gracias a esta estrategia, la arrendadora logró obtener financiamiento a costos más bajos de bancos nacionales, internacionales y de la banca de desarrollo en México. Actualmente, estas instituciones preparan un rescate multimillonario para la empresa.
Tras asumir la dirección de Unifin en 2018, Sergio Camacho fue testigo de un incremento significativo en los créditos concedidos a compañías ligadas a Lebois, lo que disparó los “saldos de cuentas por cobrar”. A pesar de las crecientes señales de advertencia, las actividades de la empresa no se detuvieron, lo que resultó en su colapso financiero.
A pesar de enfrentar un endeudamiento que excedía los 80 mil millones de pesos en 2022, los pasivos de Unifin crecieron de manera notable. Las principales calificadoras de riesgo y la auditoría de PriceWaterhouseCoopers continuaron proyectando una imagen favorable de la compañía, al facilitar su acceso a créditos a tasas bajas. Sin embargo, se reveló que muchos contratos de arrendamiento eran falsos o inexistentes.
Encabezada por Ramírez de la O, la Secretaría de Hacienda desempeña un papel fundamental en el salvamento de Unifin. Nafin y Bancomext organizan un financiamiento que supera los 4 mil 600 millones de pesos para proporcionarle liquidez y atender a los acreedores. Este rescate suscitó controversia, dado que Unifin no debería acceder a créditos de la banca de desarrollo por su situación actual.
Las irregularidades financieras que el mismo Rodrigo Lebois provocó, lo llevaron a dimitir de su puesto como presidente del consejo de administración de Unifin en julio de 2024, tras el escándalo. Fuentes cercanas al empresario mencionan que reside actualmente en una de las zonas más exclusivas de Madrid, mientras la compañía enfrenta sus consecuencias.
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